
LITERATURAS PERDIDAS
17-
No hay nada feo
en tu cuerpo y el mio
ninguna prueba
que nos hiera
de muerte al acercarnos.
No hay nada
reprochable en el sexo,
no lo hay aunque
nos condenen
a vivirlo como un lastre
sucio y vergonzoso.
No hay espadas ni venenos en
los besos que podamos dar
somos tres, cinco o quinientos
pero nuestro placer
al unísono
no emana una nota discordante.
Tal vez es la patria más desolada
la que carece de
bandera; pero tiene
tu perfume y el mío
como escudo a sus conciencias.
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